Hola a todos !!!
Me pregunto quién no habrá hecho alguna vez una pieza de rakú.
Si lo hizo, habrá disfrutado del regocijo de encontrar una cosa
fuera de nuestro control, fuera de serie y mágica. Porque podremos
controlar todo, temperatura, lustres, etc, pero es lo impredecible de
lo que veremos lo fascinante de esta técnica milenaria. Yo lo
practico a modo de descargas con amigos, nos reunimos varios colegas,
hacemos barbacoas, tomamos unas cervecitas, horneamos y disfrutamos
viendo cada uno sus resultados...es alucinante!
Detalle de color
Al enfriar y limpiar
En el proceso de esmaltado, aplicando las sales.
Las grietas son lo interesante
Otra de las piezas del evento
Mi preferida
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Rakú, una técnica oriental.
El término "Rakú" proviene de "JURAKUDAI", nombre de un palacio
construido por Hideyoshi (1537 - 1598). Chojiro lo adoptó para las
piezas de cerámica hechas exclusivamente para este palacio. Desde
entonces la familia descendiente de Chojiro se denomina "Familia Raku",
que hoy está representada por su decimoquinta generación. Desde los
comienzos de esta familia el primogénito es investido con todos los
atributos que caracterizan una línea sucesoria de cientos de años, que
otorga a sus piezas un carácter aristocrático dentro de la cerámica
japonesa, ya que se consideran parte del Tesoro Nacional y tienen un
valor incalculable. La palabra "Rakú" significa "deleite, comodidad,
placer contemplativo".
Rakú en Occidente
Esta tradicional manera de realizar los bols se mantuvo dentro del círculo muy cerrado de los descendientes de la Familia Rakú , que son los únicos en el Japón que producen en esta técnica.
Fue un artista plástico mitad británico mitad chino, Bernard Leach, quien a principios del SXX visitó el Japón y fue invitado a una reunión de intelectuales y artistas. Durante el transcurso de la fiesta, un ayudante ofreció a los invitados unos cuencos cerámicos, pinceles y esmaltes para que los decoraran. Los japoneses cultos dominan el arte de la caligrafía, y Leach trató de imitar a los otros invitados en los trazos que hacían. Vio luego cómo sumergían los bols en esmalte y los introducían en un horno pequeño que estaba al rojo vivo. Luego de unos minutos las piezas se retiraban del horno y se dejaban enfriar al aire. Para su gran sorpresa, no se rompían. Muy intrigado con este procedimiento, comenzó a preguntar e investigar y permaneció en el Japón por diez años más, entrando en contacto con maestros que le enseñaron sobre arcillas, sobre esmaltes, sobre hornos y sobre Rakú.
A partir de ese momento, Leach dedicó toda su vida a la cerámica, y, a
su retorno a Inglaterra, montó un taller de producción y docencia.
Bernard Leach es considerado en Occidente el padre de la alfarería moderna, y fue él quien difundió todas estas técnicas, desconocidas hasta entonces.
En los años `60, Paul Soldner las difundió en EE. UU. y fue él quien,
por una casualidad, descubrió los efectos de la reducción post cocción
que se utiliza actualmente en todo el mundo.
Yo añadiría a todo esto que, como es ya sabido, cada ceramista escoge el método que más le satisfaga y así, obtendrá diferentes y "personalizados" efectos. Un ejemplo de esto es que en un simposio en las afueras de Portugal, donde se tomaron las fotos anteriores, opté por añadir una considerable cantidad de azúcar a la hora de la reducción, logrando un humo intenso, bien cargado y "dulce" a la vez. De ahí salieron, junto con la mezcla de varias sales, lo visto anteriormente.